Visitar Machu Picchu no es solo caminar entre piedras ancestrales, es conectar con una historia milenaria que se respira en cada rincón. Ya sea al amanecer o bajo el sol del mediodía, este lugar te envuelve con su mística. Y sí, la foto en la cima es obligatoria, ¡pero la verdadera experiencia se vive al recorrerlo con calma y admiración!
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